La Obesidad: Una peligrosa enfermedad
Por Abigail Bello Gallardo.
“Hay que comer y beber con tal moderación que nuestras fuerzas se reestructuren, y no que se sobrecarguen”. Cicerón.
“La glotonería mata más que la espada”. Proverbio inglés.
“Hay que comer para vivir, no vivir para comer”. Moliére.
Antes se pensaba que quien estaba gordito, ya fuera niño, adolescente o adulto, era una persona saludable y llena de vida. Ahora, gracias a los adelantos de la ciencia, a las investigaciones y a la experiencia médica, se sabe que la Obesidad es una enfermedad crónica (o sea que es de larga duración) que predispone a enfermedades como la Diabetes Mellitus, la elevación de colesterol y triglicéridos en la sangre, enfermedades del corazón, de las articulaciones; várices en diferentes partes del cuerpo (sobre todo en las piernas), elevación de la presión arterial, enfermedades graves de los pulmones (tromboembolia pulmonar), cálculos en la vesícula (colelitiasis), elevación del ácido úrico en la sangre (hiperuricemia), y enfermedades en el hígado (esteatosis hepática); entre muchas otras.
Además la Obesidad puede causar baja autoestima y depresión en sus diferentes grados (incluído el suicidio), por diferentes razones, entre ellas la discriminación. También esta enfermedad puede ser causante de la anorexia, la bulimia y otros trastornos mentales.
Aunque la mayoría de personas no lo piense así, la Obesidad es un serio problema de Salud Pública en nuestro Estado (Veracruz) y en nuestro país (México).
De acuerdo a la Agrupación Internacional OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico) México ocupa el segundo lugar a nivel mundial en Obesidad. Según el INEGI (Instituto Nacional de Estadísticas, Geografía e Informática) en México somos más de 112 millones de habitantes. En el 2010, la Secretaría de Salud de nuestro país, confirmó que más del 65 % de la población tiene sobrepeso (esto es más de 72 millones de personas) y también aseguró que más del 25 % de la población padece franca Obesidad (o sea, más de 28 millones de mexicanos).
La Obesidad es la máxima expresión del Sobrepeso, por exceso de grasa en el cuerpo. Hago la aclaración porque hay personas que tienen sobrepeso por exceso de masa muscular, por alguna enfermedad que le predisponga a retener líquidos o por tener grandes tumores en su cuerpo y por otras causas.
Quiero puntualizar que no es lo mismo tener sobrepeso que ser obeso. Una persona presenta sobrepeso cuando su peso se encuentra un 10 % por encima de su peso normal. En la obesidad, su peso se encuentra un 20% por arriba de su peso normal. El Nutriólogo o su Médico de confianza puede decirle si tiene o nó sobrepeso y cuál debe ser su peso ideal. Las consideraciones al respecto, de sus amigas (os), padres y demás seres queridos deben ser desestimadas.
El sobrepeso es la antesala de la obesidad por ello debemos evitarlo.
Las complicaciones de la Obesidad tienen llenas de pacientes las salas de hospitales de todo el país, con enfermedades graves, dolorosas, prolongadas y costosas.
Esta terrible enfermedad desgraciadamente ha alcanzado a nuestros niños. La Encuesta Nacional de Salud (2006) descubrió que casi el 20% por ciento de los niños en México padecen Obesidad (o sea más de 22 millones de niños) y hasta un 40%, la presentan los adolescentes (que son más de 43 millones de jóvenes). Estos niños y adolescentes, pueden sufrir también todas las enfermedades que produce la obesidad.
La Obesidad tiene muchas causas, entre ellas están las genéticas. Otras causas están asociadas a otros factores neuroendocrinos como el Hipotiroidismo grave, Síndrome de Cushing y la deficiencia de la Hormona de Crecimiento, entre otros muchos otros síndromes. Otra causa de Obesidad por una descompensación hormonal, puede ser la Menopausia.
La ingesta de algunos medicamentos también puede ser causa de Obesidad, por ejemplo: los que contienen hormonas sexuales como algunas pastillas anticonceptivas, determinados tratamientos para la depresión, unos medicamentos para tratar los quistes de útero y ovarios; ciertos fármacos antiinflamatorios (corticoesteroides) que se utilizan para el reumatismo, algunos tratamientos para el asma bronquial y para enfermedades de la piel, entre otros.
Otra causa de la obesidad es el sedentarismo o sea la falta de actividad física. El cuerpo humano está diseñado para estar en constante movimiento, por eso el ocio y actividades como ver por largas horas la televisión, chatear o practicar videojuegos, nos ha traído extensa lista de graves consecuencias a nuestra salud. Empeorada a últimas fechas por la falta de una rutina diaria de ejercicio como la natación, los aerobics, el fútbol, el beisbol, la caminata deportiva, el atletismo, el baile, el ciclismo, etc.
También es causa de obesidad, la exagerada ingesta de calorías contenidas en los alimentos; especialmente en los que contienen harinas como las galletas, los pasteles, el pan, etc. Otros alimentos que pueden producir sobrepeso y obesidad al abusar de su ingesta son: el azúcar y las grasas, tanto las grasas animales como las vegetales; ejemplo de alimentos con grasa animal: la manteca de cerdo, la mantequilla, la crema, el tocino, entre otros; y alimentos con grasas vegetales: el aceite para cocinar (excesivo uso de éste para cocinar garnachas, frituras); la ingesta exagerada de chocolates, cacahuates, nueces, almendras; así como la ingerir de manera cotidiana cerveza y licor, entre otros.
De acuerdo al Instituto Nacional de Salud Pública (de México), puede predisponer a un bebé, a la Obesidad: el tener por lo menos uno de los dos padres que sea obeso, tener madre diabética o darle alimentos no autorizados por el médico al bebé antes de los seis meses de edad (esas famosas probaditas de alimentos que no son leche ya sea materna, de fórmula o entera), entre otros malos hábitos.
A los niños en edad escolar puede predisponerlos a la Obesidad: Practicar videojuegos, entretenerse con largas horas con la computadora o ver televisión, sin realizar actividades físicas o practicar de deportes. También puede predisponerlos a la obesidad: Tener largos periodos de ayuno y después en consecuencia comer demasiado, comer habitualmente alimentos con mucha grasa, azúcar y harinas (incluídos aquí los alimentos chatarra), comer poca cantidad de verduras, vegetales y alimentos que tienen fibra, tomar refrescos en lugar de agua natural o agua de fruta de estación.
La Obesidad debe tratarse de preferencia de manera integral bajo la vigilancia de: un Nutriólogo, un Médico Endocrinólogo, un Médico Especialista en Medicina Física y Rehabilitación, de un Profesional en algún deporte y de un Psicólogo o Psicoterapeuta. Sin embargo, por lo menos se recomienda que sea el Nutriólogo, el profesionista indispensable para tratar esta enfermedad. El proceso de reducción de peso y talla debe ser lento y progresivo para evitar sufrir enfermedades graves a consecuencia de un mal tratamiento.
Mi recomendación personal es que si nuestro trabajo diario requiere poca actividad física, debemos comer poco, o comer mucho pero sólo alimentos que tienen pocas calorías como la fruta, la verdura, la carne sin grasa, y comer pocos alimentos que tienen muchas calorías (ya mencionamos algunos pero para mayor información, en cualquier sitio de Internet de Nutrición, puede investigar cuáles son estos alimentos hipercalóricos).
Debemos tomar por lo menos un litro de agua al día, evitando comer cotidianamente comida chatarra, refrescos, pasteles y las cenas con alto contenido calórico como las garnachas, los tamales, las tortas, las pizzas, etc. Y si lo hacemos, que no sea más de una vez a la semana. La cena siempre debe ser a base de alimentos bajos en calorías, como la fruta, la verdura y pocos cereales.
Sin embargo, si nuestras actividades cotidianas nos obligan a estar en constante movimiento y hacemos deporte moderado diariamente, debemos comer alimentos con cantidades suficientes en calorías y en nutrientes; y aún así cenar sólo fruta y/o verduras; a menos que nuestro director de entrenamiento físico de alto rendimiento, indique lo contrario.
También recomiendo hacer por lo menos cinco comidas al día, en cantidad moderada y que sea nutritiva. Con esto quiero decir: Tomar el desayuno, un pequeño almuerzo, la comida, la merienda y una pequeña cena. La finalidad es que cada vez que coma, no tenga mucha hambre para que coma moderadamente, sin sufrir. Por favor, pregunte a su Nutriólogo, los alimentos que para cada fase de las comidas puede ingerir, verá que es muy fácil y sencillo.
Recordemos que uno de los malos hábitos que más nos hacer subir de peso es tener largas horas de ayuno y luego devorar indiscriminadamente todo alimento que se nos presente, aunque no sea nutritivo. Si aún así, haciendo todas esas comidas al día, siente hambre, coma entre comidas pepinos, lechuga, amaranto, jícama u otras frutas bajas en calorías, y no pan o galletas, ni siquiera si son integrales.
Es incorrecto eliminar de nuestra dieta los alimentos hipocalóricos como el pan, las tortillas, los chicharrones de res o de cerdo o los postres, ya que nuestra dieta debe ser integral pero de ninguna manera debemos permitir que estos alimentos sean la base de nuestra comida.
De preferencia no deben ingerirse alimentos enlatados o industrializados, por el contrario, se deben comer alimentos frescos, cocinados en casa porque son mucho más sanos y económicos.
También recomiendo tener una rutina deportiva diaria o practicar cualquier deporte, mínimo tres veces a la semana, por lo menos treinta minutos al día; de acuerdo a nuestra edad, sexo y estado de salud (previa asesoría de un profesional o
instructor deportivo).
Si se piensa bien, este tiempo (treinta minutos) se ocupa diariamente en ver algún programa de televisión o en alguna actividad similar… Y si nos lo proponemos ¡Hasta se podríamos hacer ejercicio al mismo tiempo!
Nuestro cuerpo es el que nos ayuda a cumplir cada día todos nuestros objetivos y tareas, cuidémoslo y respetémoslo.
Me despido con la siguiente frase del Ilustre Filósofo y Maestro griego Epicuro, que recomendó:
“Goza inteligentemente de los placeres de la mesa”.
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