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La interrupción voluntaria del embarazo


 

 


 

 

 

Abigail Bello Gallardo


 

“La mujer es dueña de su cuerpo”.

Alberto Laiseca

 


El tema médico que hoy trataré es muy doloroso, por sus escalofriantes complicaciones, las injustificables muertes de aproximadamente 80 mil mujeres que provoca en el mundo, al año, y alrededor de las 100 muertes que se producen en México.
Los embarazos no programados y la interrupción voluntaria del embarazo se pueden prevenir con educación sexual desde temprana edad y con información seria, sencilla y práctica de métodos anticonceptivos pero no se le ha otorgado la importancia vital debida a este problema de salud pública.
 

 
Ninguna muerte es justificable por falta de atención médica, ni por la indiferencia de la sociedad o del gobierno. Cada vida en este planeta es altamente valiosa.
 
Para evitar que una mujer de cualquier edad, deba recurrir a la interrupción de su embarazo, hay que insistir en la educación masiva, eficaz y práctica acerca de los métodos anticonceptivos, la erradicación en las mujeres de la pobreza, de la marginación, de la falta de empleo y de su baja autoestima.
      
La interrupción voluntaria del embarazo o aborto voluntario es un problema de salud pública por el índice de muertes y por las consecuencias (muchas veces irreparables) que tiene en la vida de las mujeres. Por ello, las condiciones para la realización del aborto voluntario debe ser legal, gratuito, seguro y accesible para todas las mujeres que deban tomar esta doliente decisión.
 
La organización “Católicas por el Derecho a Decidir”, estima que anualmente en México, más de 1 millón 600 mil embarazos terminan en abortos espontáneos o abortos provocados, realizados muchos de ellos en la clandestinidad, en condiciones insalubres, mediante procedimientos rudimentarios (con con ganchos de metal para colgar ropa, agujas de tejer, medicinas naturales en té, medicina de patente no indicada por especialistas, tóxicos, etcétera) muchos de los cuales significan la muerte de la embarazada.
 
Se estima que en el mundo, cada año, 20 millones de abortos son inseguros y que  mueren 78 mil mujeres por la interrupción del embarazo debido a que realiza en condiciones insalubres, ilegales, porque se realiza por personas no especializadas, sin terapia psicológica para las pacientes o porque es muy caro y por ello recurren a prácticas mortales. Todo esto, casi siempre trae consigo  enfermedades físicas y mentales que pueden ser permanentes (Informe anual del año 2000 del Fondo de Población de la ONU).
 

 
Muchas mujeres y niñas, antes de enfrentarse a ser obligadas a seguir un embarazo, intentan suicidarse, pero si no logran hacerlo, toman otras medidas desesperadas e intentan practicarse un aborto a sí mismas (Organización internacional Amnistía internacional).
 
Las consecuencias físicas de un aborto inseguro son muchas, enuncio algunas de ellas:
Fiebre, infecciones muy graves, hemorragias mortales, probable esterilidad, alteraciones en el ritmo del corazón o de la presión arterial, migraña u otro dolor de cabeza, trastornos en el aparato digestivo, depresión  y otros trastornos mentales y por supuesto la muerte.
 
El especialista indicado para diagnosticar y tratar las complicaciones de la  interrupción del embarazo clandestino es el ginecólogo y el psicólogo o psiquiatra.
Prevención
Se han presentado propuestas claras para prevenir estas muertes. Las propuestas están encaminadas a informar adecuadamente acerca de los métodos anticonceptivos desde la niñez hasta la edad adulta para evitar los embarazos no planeados; y a despenalizar (legalizar) la interrupción del embarazo  que permita a hacerlo sin riesgo para sus vidas y las consecuencias que sufren a causa de abortos mal practicados, al no contar con servicios seguros.
 
La falta de atención médica y psicológica especializada para las mujeres que deciden interrumpir su embarazo vulnera su dignidad, sus derechos constitucionales (artículo 4 de la constitución mexicana) humanos y sexuales, su libertad y su salud (Organización internacional Amnistía Internacional).
 

 
Es de verdad esperanzador, saber que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Opinión Católica 2014, el 80 por ciento de las y los feligreses apoya que se informe sobre el aborto legal a niñas y adolescentes, y que los libros de educación pública en primarias y secundarias aborden los derechos sexuales y reproductivos de esta población (Inmensa mayoría  católica por aborto legal. Angélica Jocelyn Soto Espinosa / Cimacnoticias. Forum en Línea 315).
 
En las instituciones de salud de México existen servicios de medicina preventiva en donde brinda información seria y profesional acerca de todos los métodos anticonceptivos y así evitar los embarazos.
Si esto no lo ve como su mejor opción, puede acudir a una consulta con su médico general, familiar o de preferencia un ginecólogo (en el caso de las mujeres) para este fin.
 
Cada método anticonceptivo (que evita un embarazo) tiene sus indicaciones específicas.
 
 

 
Entre los más socorridos se encuentran:
-El condón, ésta es una cubierta de látex que usa el hombre, aunque hay uno para la mujer.
-Los hormonales orales que son pastillas que se toman durante el mes.
-LA PÍLDORA DEL DÍA DESPUÉS O ANTICONCEPCIÓN DE EMERGENCIA (que evita que se unan el óvulo y el espermatozoide) después de una relación sexual sin protección.
-Los hormonales inyectables que se aplican intramuscularmente (inyecciones).
-El parche anticonceptivo que se aplica sobre la piel.
-El Dispositivo Intrauterino (DIU) que es un método recomendable sobretodo en las pacientes que ya han tenido un hijo.
-Incluso si definitivamente quiere evitar embarazarse, tanto a los hombres como a las mujeres se les pueden practicar procedimientos especializados definitivos: la salpingoclasia en las mujeres y la vasectomía en los hombres.
 
En Europa Occidental (Dinamarca) el alto uso y conocimiento de anticonceptivos los ha llevado a ser los últimos en la lista de más embarazos no deseados y aunque el aborto es legal y accesible, se presenta la menor cantidad de casos. En México pasa lo contrario que en Dinamarca.
En países en vías de desarrollo como el nuestro, castigar con cárcel el aborto, no lo ha detenido, no lo detiene, no lo va a detener, sólo fuerza a las mujeres a buscar procedimientos clandestinos e inseguros (Estadísticas publicadas por la organización internacional Guttmacher Institute, que produce información sobre salud sexual y reproductiva. Confidencial. Junio 2014. Manifestación por la despenalización del aborto).
 

 
Sin embargo, no todo está perdido, gracias a la sensibilidad y buenos oficios de las políticas públicas en salud, en México, Distrito Federal, la interrupción del embarazo es legal, accesible, gratuita y especializada, claro con sus respectivas restricciones médicas.
Una de cada tres mujeres que se practica una Interrupción Legal del Embarazo en los hospitales del Gobierno del Distrito Federal es ama de casa.
Todas las interrupciones se realizan con medicamentos, sin necesidad de intervención en quirófano.
Antes (de la despenalización) las mujeres llegaban a los hospitales perforadas, infectadas, desangradas y muriéndose por haber practicado un aborto clandestino. Ahora se acabó el aborto clandestino en la Ciudad de México.
De cada 10 mujeres que interrumpen su embarazo en clínicas públicas del Distrito Federal, tres son de otras entidades federativas (Secretario de Salud del Distrito Federal, Armando Ahued Ortega. CNN México. 2013).
 
Sólo las mujeres con recursos económicos e información pueden viajar al DF para practicarse un aborto sin el riesgo de ser perseguidas por cometer un delito o realizarlo en condiciones precarias.
 
Como siempre insisto en la imperiosa necesidad de que las instituciones de salud federales, estatales y municipales, informen a la población de manera sencilla, breve y frecuente, a través de todos los medios de comunicación, acerca de las enfermedades y de cómo prevenirlas.
 

 

 

 

Dra. Abigail Bello Gallardo


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